¿Qué es el síndrome del delincuente al viajar?
Durante ciertas épocas del año, como por ejemplo en verano, suele ser común que la cantidad de personas que deciden viajar a diversos destinos a través de los aeropuertos se incremente considerablemente y es que pese a que en algunos casos tanto las colas como las esperas suelen ser interminables, siempre suele ser muy fuerte la ilusión que supone tomar un vuelo y dirigirse a un destino ideal.
Síntomas del síndrome del delincuente al viajar
No obstante, muchas personas suelen ponerse nerviosas al momento de pasar a través del control de seguridad.
Dicho nerviosismo es conocido como el “síndrome del delincuente” y pese a que es muy posible que la mayor parte de las personas jamás hayan oído acerca de él, no resultaría sorprendente que lo padecieran en algún momento.
No obstante y al hablar de este síndrome no queremos decir que las personas han infringido la ley o algo parecido.
De acuerdo con una encuesta reciente, el síndrome del delincuente afecta aproximadamente a un 62% de los pasajeros, quienes llegan a experimentar un conjunto de síntomas dentro de los cuales se encuentran por ejemplo, sudoraciones frías, nervios y malestar general.
Dentro de los aeropuertos suele ser común que se tomen determinadas medidas de seguridad con el fin de controlar tanto los líquidos como el volumen de los recipientes, en algunos casos incluso, es posible que el personal de seguridad llegue a registrar a algunos pasajeros u obligarlos a quitarse sus zapatos.
Y ese es el motivo por el cual dicha encuesta indica igualmente que alrededor del 26% de las personas que participaron consideran que ese trámite supone el peor momento durante el viaje.
Y es justamente en esos momentos donde el subconsciente se encarga de reflejar el miedo que podría sentir una persona en caso de ser detenida a causa de algún delito que en realidad no ha cometido, y el cual, además, nunca había pensado ni siquiera en cometer.
El efecto halo
De acuerdo con los expertos, la sensación experimentada por el síndrome del delincuente no responde a componentes individuales de forma exclusiva, por lo que la misma se nutre igualmente de algunos aspectos externos.
El hecho de que este síndrome se produzca en mayor medida dentro de los aeropuertos, se debe en parte, a que todo lo relacionado con la autoridad dentro de dichos lugares cuenta con cierto carácter policivo, el cual suele exponer la parte punitiva de varias personas.
Así como, “Seguro, olvide algo”, “Únicamente me miran a mí” o “¿Dónde me equivoqué?” suelen ser pensamientos que comúnmente atormentan, en gran medida, a las personas que presentan rasgos paranoides u obsesivos.
A esto es preciso añadirle el denominado “efecto halo”, el cual causa que debido a las generalizaciones, las personas terminen aceptando pasivamente que poseen alguna marca que las identifica como un delincuente potencial.
De igual manera es necesario señalar que aunque el “síndrome del delincuente” se trata de una reacción temporal, es posible que se convierta en un problema severo en aquellas personas que presentan factores premórbidos, es decir, trastornos obsesivos y/o paranoides, los cuales podrían exasperar frente a los requerimientos por parte de las autoridades y acabar bloqueando a las personas, quienes en numerosas ocasiones optan por evitar exponerse a este tipo de situaciones.
Y consiste en la mayor expresión de la denominada duda neurótica, la cual causa que de forma constante varias personas tengan preguntas internamente, que acaban por convertirlos en culpables frente a todo tipo de hecho.
En este caso, “No revisé correctamente la maleta”, “Tal vez abrieron el equipaje y colocaron algo sin que lo percibiera” o “El perro se acerca, debe ser que algo en mí llamó su atención” suelen ser varias de ellas; pero estas dudas no aparecen solas, sino que el cuerpo también reacciona a través de la sudoración, taquicardia e incluso confusión mental.
El problema con todo esto es que dicho cuadro podría terminar levantando sospechas del personal de seguridad, entrenado para ser capaces de detectar esta clase de comportamientos, razón por la cual en numerosas ocasiones algunas personas suelen ser requeridas para una investigación más profunda.
Esa suele ser la tragedia que termina con un círculo donde se le da la razón al viajero nervioso, quien solo puede aceptar que se trata de algún tipo de “delincuente”.
El síndrome del delincuente al viajar puede ser tratado
En el momento en que estos cuadros pasan a convertirse en un auténtico problema, existe la posibilidad de tratarlos.
Para esto es preciso comenzar por acudir a un profesional que se encargue de realizar el diagnóstico y además pueda definir tanto la seriedad como las características específicas que pueda presentar cada persona, a fin de poder tratarlo adecuadamente.
Algunas personas pueden ser tratadas únicamente con simples recomendaciones, como por ejemplo, exhaustivas listas de chequeo previas a sus viajes (maleta, documentos y elementos prohibidos, etc.) con el propósito de reforzar su confianza al saber que todo se encuentra bajo control.
De igual manera, otras personas podrían necesitar medicamentos ansiolíticos simples, e incluso en ciertas ocasiones, se debe optar por intervenciones tanto comportamentales como conductivas.
Para finalizar, cabe decir que todo comienza por aceptar que tanto la mente como el entorno tienen la capacidad de hacer que cualquier persona se convierta en un delincuente, incluso cuando no ha hecho nada; y eso es justamente lo que suelen experimentar muchas de las personas que han padecido el síndrome del delincuente al viajar y han optado por dejar de hacerlo debido a eso.